Si logramos salir con vida, podría ser lo mejor que nos haya pasado jamás... si lo permitimos.
En esta vida hay tantas distracciones que nunca estamos realmente quietos. Si hay una pausa en el día la llenamos. Tuve un día largo, me relajé en el sofá y adivinen qué, llénelo con un programa o una película o miré fijamente las redes sociales sin pensar.
He pasado años aprendiendo técnicas de meditación y nada ha funcionado para llevarme al presente como el Covid-19. Estoy adquiriendo un aprecio cada vez mayor por algunos de los subproductos de esta época. Eso sí, he mantenido un distanciamiento social serio y ni yo ni mi familia hemos estado enfermos, gracias a Dios.
Lo que he hecho, en un intento de aprovechar el momento y hacer una maldita limonada con limones, es abrazar este espacio incómodo en el que me encuentro. Estoy sentado conmigo mismo de una manera que he estado pidiendo durante años, pero si Soy honesto conmigo mismo, lo he estado evitando toda mi vida.
Ahora no puedo interrumpir mi día, saliendo a cenar y tomar algo o incluso jugar al squash. Estoy en casa y cualquier distracción que tenga, la tengo que crear yo mismo. A medida que acepto lentamente lo que está sucediendo, he estado creando conscientemente menos distracciones y lo que queda es tan quieto, silencioso y poderoso.
Mi creatividad ha regresado y se muestra de una manera que nunca pensé que fuera posible. He podido reducir la velocidad lo suficiente como para ver mis patrones que han sido tan subconscientes que he estado dormido al volante durante años. He estado pasando por la vida agregando estimulación para evitar sentimientos y pensamientos más profundos. Lo que me ha surgido en esta quietud es mucha emoción, no les voy a mentir. Ahora, en lugar de beberlo o sudarlo, me siento con él y veo cómo se disuelve, permitiendo que surja un nuevo nivel de bienestar.
Al principio, en marzo, perdí a mi padre, que no tenía relación con la rona, aunque fue desgarrador. Un giro interesante ya que no pudimos enterrarlo adecuadamente ni llorarlo con familiares y amigos. En cambio, me vi obligado a guardar un duelo muy introspectivo por mi padre, sintiendo las oleadas de lo bueno y lo malo. Abrazarlo todo y salir por el otro lado, justo lo que mi padre hubiera querido. En otro momento, es posible que nunca me hubiera tomado este tiempo para procesar todo tipo de emociones enterradas que eventualmente se habrían manifestado físicamente.
Es como mirar mi vida bajo un microscopio y agregar una capa de intención que para mí se ha traducido directamente en productividad, trabajar de manera más inteligente, no más intensa, y éxito. Sin mencionar que me siento más ligera y libre que nunca. Es irónico, lo sé porque todavía estoy básicamente atrapado en mi casa.
Si esta vez me dijeras el año pasado que me alejaría de la construcción y la instalación de vapor, me mudaría a una granja en el campo y finalmente perseguiría mi pasión creativa de compartir mi cocina con el mundo a través de los medios Y produciría y vendería mis especias para todo uso. mezcla, te habría dicho que estás jodidamente loco.
Pero aquí estoy, incluso me han llegado a gustar los gatos, nunca antes me había preocupado por ellos.
Si puedo dejarles alguna inspiración de mi último año, no esperen. Realmente solo se vive una vez y al hacer las cosas un poco incómodas, generalmente es ahí donde se mostrará el crecimiento. Esta es una gran oportunidad para la conciencia de nuestra sociedad, ya lo hemos visto en el regreso y la curación de la tierra durante este tiempo de tranquilidad. El mundo se cerró. Hay mucho poder del que sacar provecho y está ahí para que lo tomes si decides verlo.
Despertemos, la vida es frágil y debemos darle a los nuestros la mejor oportunidad de luchar. Mente, cuerpo y espíritu. Cuida estos templos y ellos cuidarán de ti, permitiéndote sentir el significado más profundo detrás del por qué.
Únase a mí para regresar al mundo con los ojos bien abiertos.
Paz y bendiciones. Un amor.
